La Esterlicia, el Ave del Paraíso que anidó en Canarias

La Esterlicia, el Ave del Paraíso que anidó en Canarias

14/06/2018 1 Por lucollado

Ave del paraíso‘, ‘Pico de gallo‘, ‘Flor de pajarito‘, ‘Flor de la grúa‘ o ‘Pájaro de fuego‘ son algunos de los nombres que recibe la esterlicia. Aunque su verdadero nombre, el científico, es Strelitzia reginae. Pero no estamos hablando de un ave sino de una planta conocida por su flor de sorprendente belleza y elegancia.

La esterlicia, símbolo de las Islas Canarias

La exótica flor de la esterlicia se abre en forma de abanico y suele adoptar la forma de la cabeza de un pájaro tropical, con un duro pico marrón y una colorida cresta de color naranja y azul intenso. ¿Verdad que parece una auténtica ‘ave del paraíso’?. De hecho, este nombre se debe a su enorme parecido con un pájaro, procedente de Nueva Guinea, del mismo nombre.

Ave del Paraíso | Nueva Guinea
Ave del Paraíso | Nueva Guinea

Alguna curiosidad de nuestra flor es que es hermafrodita, posee ambos sexos. También que no es polinizada por insectos sino por pequeños pájaros como los colibrís. Su dulce néctar atrae a los pájaros y al acercarse a beber de él, mojan sus patas moviendo así el polen de flor en flor.
En las Islas Canarias es común encontrarla en jardines y en casas como flor ornamental decorativa. Puede decirse que es uno de los símbolos más representativos y queridos de las Islas.

Esterlicias en la Casa de los Balcones de La Orotava
Esterlicias en la Casa de Los Balcones de la Orotava

Sin embargo, la esterlicia no es una planta originaria del Archipiélago Canario sino de Sudáfrica. Al ser una planta que se da en regiones tropicales y necesita una temperatura entre 13 y 21 grados, en la Islas Afortunadas encontraría el hogar ideal para vivir lejos de la madre África.
También en Madeira es una especie muy popular. En otras partes del Mediterráneo se cultiva de forma artificial.

¿Cómo llegó la esterlicia al Continente Europeo?

En Sudáfrica, al igual que en Canarias, es una flor muy apreciada e incluso pude verse en varias emisiones de monedas de 50 céntimos del rand sudafricano y en sellos.

Sello sudafricano
Moneda sudafricana

La esterlicia llegó a Europa en el siglo XVIII, procedente de las expediciones botánicas que trajeron una gran cantidad de nuevas especies de otros continentes. Para entender su importancia es necesario situarse en el contexto de ese siglo.

El siglo XVIII es el Siglo de las Luces, periodo en que la ciencia y la razón se hacen preeminentes permitiendo el avance de la Humanidad en muchas esferas. Es el tiempo de la Ilustración y el Enciclopedismo. Y del lema del filósofo alemán Kant atreverse a conocer’, el que mejor define los ideales ilustrados. Este cambio en la mentalidad supuso un gran avance para muchas disciplinas, incluida la botánica. Puede decirse que la botánica, tal y como la conocemos hoy en día, tuvo su origen en este gran siglo.

Grabado de botánica del siglo XVII

La botánica empezó a nutrirse de nuevos conocimientos medicinales, alimentarios, textiles, etc. Estas nuevas especies, tan valoradas por su belleza, no sólo eran incorporadas a los jardines aristocráticos como elementos decorativos sino también a los jardines botánicos y universidades, siendo objeto de investigación y docencia.
Fue la expedición del naturalista inglés Joseph Banks la que trajo la esterlicia a Europa junto con otras 4.000 especies. Su destino, los Jardines de Kew, en Londres. Estos jardines se convirtieron en un centro de estudio y difusión de especies y en 1840 fue nombrado Real Jardín Botánico de Kew.

El Real Jardín Botánico de Kew en la actualidad

La elegancia de la esterlicia dejó maravillados a todos y a la hora de ponerle un nombre decidieron que sería el de Strelitzia reginae, en honor a la reina Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, esposa del rey Jorge III de Inglaterra. La llamada ‘Reina Negra’ (era descendiente de una rama de la familia real portuguesa, cuyos orígenes estaban en África) fue una mujer muy instruida para su época y una gran aficionada a la botánica, ayudando a establecer lo que hoy son los Jardines de Kew.

Retrato de Carlota de Mecklemburgo Strelitz

Introducción en el Archiélago Canario

En cuanto a su introducción en el Archipiélago Canario, se cree que llegó gracias a los barcos ingleses que hacían escala en las Islas en su largo camino a las colonias británicas del Caribe, África y Asia.
A las Islas Canarias, la esterlicia llegó para quedarse y formar parte de la simbología de esta tierra.

La leyenda del Ave del Paraíso

Existe una hermosa leyenda que demuestra la fascinación que ejercía esta flor sobre los que la veían.

Cuenta esta leyenda que en los tiempos de la Colonia española se establece en Cuernavaca (México), Hernán de Montoya, Conde de Barcelona. Lo haría en una hacienda llamada ‘El Paraíso’.

Pronto se enamoraría de una hermosa mulata de nombre Carmen con la que acabaría casándose.
Pero había otro hombre, Rodrigo Hernández, que también suspiraba por la joven. Al no poder soportar ver a su amada con otro, urde una cruel venganza. Envenenaría al esposo y se quedaría con Carmen. Y así fue, Hernán murió sin que nadie supiera porque. Su triste esposa lo enterró en el jardín de la hacienda y esa misma noche, a la luz de la luna, creció una flor gris. Desde entonces, al oscurecer, la flor se convertía en pájaro y volaba hasta la hacienda de Rodrigo, tocándole en la ventana. Lleno de terror, acabó perdiendo la cordura.

En cuanto a Carmen, moriría de tristeza al poco tiempo. Fue enterrada junto a su amado esposo y por la noche, esa flor-pájaro gris se tornaría en un brillante naranja. Desde entonces, se la conoce como ‘Ave del paraíso’ por el nombre de la hacienda donde habitaba.

Esterlicia en las Islas Canarias
Esterlicia en el Jardín Botánico de Puerto de la Cruz

Cultivo de la esterlicia en casa

¿Te animarías a cultivar la esterlicia en casa?. Pues has de saber que necesita al menos 3 horas de luz solar directa y un riego moderado.
Si quieres saber más sobre el cultivo de la esterlicia puedes ver y/o descargar este artículo en PDF publicado por el Ministerio de Agricultura y Pesca:

'El incomprendido' | Litografía de Man Ray | 1962
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