Las Rías Altas coruñesas en 8 recorridos maravillosos
Visitar las Rías Altas coruñesas supone descubrir el lado más salvaje de Galicia. De un tiempo a esta parte han visto como el turismo ha crecido considerablemente aunque no tanto como en las Rías Bajas o la Costa de la Muerte. De momento, podemos decir que la zona no ha perdido un ápice de su autenticidad.
Así que date prisa y acompáñanos a descubrir uno de los últimos rincones vírgenes en un viaje que nos mostrará lo mejor de la costa norte gallega, con escarpadas costas, enormes acantilados, playas de ensueño y encantadores pueblos marineros.Aunque las Rías Altas coruñesas comprenden también A Coruña y As Mariñas, en este artículo nos centraremos en la zona de Ferrolterra y visitaremos su costa en 8 recorridos imprescindibles y maravillosos.
Qué ver en las Rías Altas coruñesas
1 – Ferrol: Lugar de contrastes
Ferrol es una ciudad con un pasado eminentemente industrial y eso se nota a cada paso. Su puerto, astilleros o instalaciones militares son reflejo de un pasado de gloria del que Ferrol parece no querer desprenderse del todo. Su gran puerto natural o el Barrio de la Magdalena, punto neurálgico de la ciudad y símbolo de la Ferrol ilustrada, así lo atestiguan.
Pero existe otro Ferrol mucho más íntimo a pesar de que el paso del tiempo va dejando su impronta en muchos edificios que se caen a pedazos. Hablamos del Barrio Vello, el antiguo barrio de pescadores y de Canido, el conocido actualmente como Barrio de las Meninas. Ambos son la muestra de las ganas de recuperar Ferrol y del olvido por partes iguales.
En el Barrio de Canido, gracias a una iniciativa artística pueden contemplarse hasta casi 300 meninas de Velázquez pintadas en las paredes.
A pesar de que en algunos artículos leerás que debido a esta iniciativa (fantástica, por cierto) el barrio se ha revitalizado e incluso ‘gentrificado’, desde nuestro punto de vista esto no es del todo así. Hay demasiados edificios en ruinas y abandonados a su suerte para hablar de recuperación por la gracia de las bellas meninas. Sin el apoyo de las instituciones en la reconstrucción del barrio dificilmente será posible.
Para tener una mejor perspectiva del que fue el conocido en el pasado como el mejor puerto natural de Europa lo más recomendable es hacer un pequeño crucero por la ría de Ferrol. Los barcos salen del puerto deportivo y te llevan a contemplar la belleza de la ría, los enormes buques militares, el Castillo de San Felipe, el Castillo de La Palma y el vecino pueblo de Mugardos. Mugardos es conocido por servir el mejor pulpo de Galicia y también hay barcos que cubren solo ese trayecto.
Sin embargo, lo mejor de Ferrol está en su costa. Si cogemos la carretera en dirección al Cabo Prior vamos a encontrarnos con un paraíso natural repleto de largas playas de arena blanca y aguas turquesas. Todo muy ‘Galifornia‘.
El primer arenal es Doniños, la playa por excelencia de los ferrolanos. Kilométrica, con una gran laguna y paraíso de surfistas. Le siguen las no menos hermosas playas de San Xurxo, Esmelle y Vilar.
Para empezar a abrir boca de las vistas que nos esperan en nuestra aventura por las Rías Altas coruñesas hay que acercarse al Faro del Cabo Prior. El faro está asentado en una punta abrupta y escarpada. Unas escalinatas de piedra permiten el descenso por el acantilado.
Debemos continuar un poco más para llegar a la playa de Santa Comba, la más bonita y salvaje. Se encuentra en un paraje no urbanizado de gran interés histórico pues aquí, en medio de un islote, se asienta la Ermita de Santa Comba (siglo XII), lugar de peregrinación y leyendas. Si tienes suerte y hay bajamar podrás acceder a ella ayudado por una cuerda. Las escaleras quedaron destrozadas tras un temporal en 2010 y aún no han sido reconstruidas.
Para senderistas: Desde la playa de Santa Comba parte una ruta a pié que transcurre por la llamada Costa Ártabra hasta la playa de Campelo. Son unos 12 kilómetros perfectamente señalizados que te sumergen en la verdadera esencia costera de Galicia.
2 – Municipio de Valdoviño: La carretera de las playas
En la carretera de Ferrol a Cedeira por la costa se concentran las que con probabilidad son las mejores playas de las Rías Altas coruñesas, las del municipio de Valdoviño.
Una de de las paradas que más nos gusta es la zona de Meirás. Meirás esconde un montón de calas rocosas, algunas de difícil acceso mediante caminos o escaleras. La playa do Río, Campelo y Os Botes son la mejor opción cuando soplan los fuertes vientos del Atlántico. Aunque si son fuertes de verdad nos tendremos que limitar a ver el espectáculo de las olas embistiendo las rocas desde un lugar seguro.
Otra ermita curiosa es la de Nosa Señora do Porto, situada en una pequeña península rocosa de la playa de Os Botes. Sólo es accesible con marea baja.
A continuación de Os Botes se abre el primer gran arenal de Valdoviño, la playa de la Frouxeira. En sus 3 kilómetros de longitud se alterna una parte más salvaje, la más próxima al faro, y otra más urbana, con paseo marítimo y algunos restaurantes de marisco. También hay una gran laguna y nuestro consejo es que pruebes a bañarte en ella, ¡el agua está mucho más caliente!.
El faro de la Frouxeira es de nueva construcción y bastante feote. Pero no su enclave, Punta Frouxeira, de gran belleza. Junto con la costa de Meirás es uno de los mejores puntos para observar la bravura del Océano Atlántico. En Agosto se produce el fenómeno de las ‘mareas vivas’. Las olas son tan fuertes que han ido dejando profundos surcos en las rocas. ¡Te parecerá estar en la Luna!. Y si te gustan las antiguas instalaciones militares como a nosotros, hay varios bunkers abandonados de los años 40.
Si aún nos estábamos recuperando de la espectacularidad de la playa de la Frouxeira, va y llega Pantín, playa preferida entre las preferidas. La playa de Pantín es la catedral del surf en Galicia y sede de una de las pruebas del Campeonato del Mundo de Surf, el Pantín Classic. Se celebra en el mes de septiembre y concentra los mejores surfistas del globo
Muy cerquita está la playa de O Baleo, más protegida del viento y con grandes rocas que con marea baja forman piscinas para disfrute de los más pequeños. Dispone de asaderos y mesas por si te apetece hacer un picnic.
La carretera de las playas acaba con la playa de Vilarrube, el 2º arenal más extenso de Valdoviño. Tiene forma de ensenada y un sistema dunar de gran interés. Puede que no sea la mejor (aunque desde la carretera te va a dejar pasmado) pero vale la pena recorrerla a pie y ver como el mar se junta con la ría de Cedeira.
3 – Cedeira: Villa Marinera
Siguiendo nuestro recorrido por la costa de las Rías Altas coruñesas llegamos a la cada vez más turística Cedeira, situada en la ría del mismo nombre. La villa marinera cuenta con un recinto amurallado y bellas calles con casas blancas de balconadas acristaladas.
Una hermosa bahía y la urbana playa de la Magdalena nos dejan un buen sabor de boca. Casi tanto como el de los ‘bichos del mar’, porque si algo tiene Cedeira es que se come y bebe muy bien.
Para observar la ría en toda su magnitud debemos acercarnos a el Castillo de la Concepción, cerca del puerto, un excelente mirador. O conducir 7 kilómetros por la llamada ‘carretera de las 10 curvas’ hasta el faro de Punta Candieira, con vistas más inolvidables aún.
4 – San Andrés de Teixido: Vai de morto quen non foi de vivo
De visita obligada en nuestro periplo por las Rías Altas coruñesas. Se encuentra a 12 kilómetros de Cedeira por la Sierra de A Capelada. Vacas y caballos salvajes en libertad te acompañarán por una de las carreteras más auténticas de Galicia y añadiríamos que de toda España.
Cuenta la leyenda que San Andrés andaba desolado porque los peregrinos preferían visitar la tumba de Santiago Apóstol y ninguno se dejaba caer por tan remoto lugar. Un día, Dios escuchó sus plegarias y le prometió que nadie entraría en el Reino de los Cielos si no había visitado antes este Santuario. Añadió que quien no fuese de vivo lo haría de muerto. De ahí quedó la expresión ‘vai de morto quen non foi de vivo’.
Hay muchas tradiciones que cumplir en San Andrés de Teixido, cómo comprar las típicas figuritas de miga de pan, aceptar la herba de namorar que alguna vecina con agrado te regalará para engatusar a tu amor o beber de los 3 caños de la fuente. Además, es zona percebeira y es típico ponerse hasta arriba de percebes en alguno de sus restaurantes. Y no dejes de comprar orujo, miel y rosquillas en los puestos pues son manjares dignos de cualquier Santo.
El enclave natural en el que está ubicado San Andrés es inolvidable y queda en la memoria para siempre. Parece que esta vez Dios tenía razón.
Debemos continuar la carretera hacia el Cabo Ortegal porque es la parte más espectacular. Desde el mirador de la Garita de Herbeira caen los acantilados más altos de la Europa Continental, con una altura de 612 metros sobre el nivel del mar. Recomendamos elegir un día despejado (dentro de lo posible) para no perderse ni un detalle de esta vista sin rival.
5 – Cabo Ortegal: Las rocas más antiguas
Siguiente parada imprescindible y que pone fin a la carretera de la Sierra de A Capelada. En el Cabo Ortegal, el segundo extremo más septentrional de España, un bello faro da la bienvenida a un estupendo mirador desde donde se divisan de nuevo los acantilados más altos, la Punta do Limo, la Estaca de Bares y 3 rocas que son conocidas como Os Aguillóns.
Estas rocas (y todas las que rodean al Cabo Ortegal) son las más antiguas de la Península Ibérica y las cuartas del mundo. También es un peligroso lugar donde los percebeiros se juegan la vida.
6 – Ría de Ortigueira: Salvaje y sinuosa
Entre el Cabo Ortegal y Estaca de Bares se abre la retorcida ría de Ortigueira. Sus aguas bañan los municipios de Cariño y Ortigueira, apacibles villas marineras.
Esta zona, bastante menos transitada, también esconde muchos encantos como el Mirador Miranda o la playa de Fornos en Cariño, la gigantesca playa de Mourouzos en Ortigueira o todos los fantásticos arenales de Espasante.
El pueblo de Ortigueira puede ser un buen plan para el verano porque en el mes de julio se convierte en el escenario de uno de los mejores festivales que conocemos, el Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira.
Sin duda, una zona para pasear con calma y contemplar el rostro de la Galicia más salvaje y mejor conservada.
7 – Loiba: Un banco entre acantilados
Mención aparte merece este pequeña parroquia de Ortigueira. Y no solo porque sea la casa del ‘Mejor Banco del Mundo’. Antes de que el banco se hiciera famoso en las redes sociales y apareciera en anuncios de televisión, por aquí no pasaba un alma. Hoy se ha convertido en un lugar de culto para los amantes de los selfies. Visitarlo en verano puede ser un martirio pero por fortuna, fuera de temporada es posible encontrar plaza para tan ansiada foto.
Pero debéis saber que lo mejor de Loiba no es su banco sino la belleza natural del entorno. Para ser más listo que nadie recorre la zona a pie y descubrirás los secretos que se pierden los fans de dicho asiento.
Los acantilados de Loiba esconden enormes playas para recorrer con la sola compañía de las gaviotas. Un regalo de la naturaleza es la Pena Furada, enorme mole de piedra que emerge desde el mar como una obra de arte.
8 – Estaca de Bares: El norte del Norte
Antes de llegar a la Estaca de Bares no debemos dejar de visitar el encantador pueblo de O’Barqueiro y contemplar la ría que se forma en la desembocadura del río Sor. Es una delicia andar por la ría cuando la marea está baja, ¡casi puede cruzarse de punta a punta!.
También es muy agradable acercarse a Porto de Bares, con su preciosa playa de aguas tranquilas y turquesas tan caribeña.
Si Cabo Ortegal era el 2º punto más septentrional de España, Estaca de Bares es el primero. Es la línea imaginaria que separa al Océano Atlántico del Mar Cantábrico. Aquí el viento reina a sus anchas y miles de aves sobrevuelan tu cabeza.
Un camino permite llegar a pie casi hasta la última piedra que forma el cabo. Y rozar con los dedos el fin de la Tierra, con permiso de Finisterre.
¿Dónde comer en las Rías Altas coruñesas?
De todos es sabido que en Galicia se come muy bien y ese es uno de los aspecto que más valoramos los viajeros. Sus excelentes materias primas convierten a cualquier tasca en un paraíso para los gourmets y otras especies del buen comer.
En las Rías Altas coruñesas se come sin artificios, ‘al pan pan y al vino vino’. Almejas, pulpo, percebes, zamburiñas, cigalas…sin más. Ribeiros, Albariños y Godellos son esenciales para acompañar a una buena mariscada, que al fin y al cabo es lo que más nos gusta a los que somo de tierra adentro.
A continuación, te proponemos una serie de restaurantes donde comer de lujo en las Rías Altas coruñesas. Esta selección está basada en nuestro paladar y no está patrocinada por ningún establecimiento.
- Mesón A Saina (Meirás, Valdoviño): Excelentes percebes de la zona en un un mesón de toda la vida.
- Restaurante El Gitano (Valdoviño): Especialistas en parrilladas de pescados y marisco en un restaurante tradicional frente a la playa de la Frouxeira.
- Casa Caneiro (Ctra. de Cedeira a Valdoviño): Pequeño restaurante cerca de la playa de Vilarrube donde sólo sirven marisco.
- A Taberna de Jojó (Cedeira): Raciones de calidad y vinos en un ambiente muy animado.
- Taberna Hermanos Bouza (San Andrés de Teixido): Un clásico para hincharse de percebes.
- Cervecería Áncora (Cariño): Zamburiñas y navajas de 10 con una atención muy esmerada.
- Mesón Río Sor (Ortigueira): Comida casera y abundante.
- A Muller Marina (Porto de Bares): Productos frescos en una aldea con mucho encanto.
Alojamiento en las Rías Altas coruñesas
En las Rías Altas coruñesas no hay hoteles de grandes cadenas ni complejos turísticos. Los hoteles son más bien familiares. También existen pequeños hostales y una creciente red de casas rurales.
Booking y Airbnb ofrecen una gran variedad de alojamientos. Si reservas desde nuestra página puedes beneficiarte de estos descuentos pinchando en los links.
(*Sólo para nuevos usuarios)
Esperamos que tu viaje por las Rías Altas coruñesas se convierta en un viaje inolvidable y descubras el encanto del ‘slow-life’ gallego. ¡Galicia engancha!.